jueves, 15 de diciembre de 2016

DICIEMBRE EN PARADORES

Desde hace ya un par de años, mi chico (IG @bosondegauge) y yo solemos alojarnos en Paradores de Turismo cuando nos vamos de vacaciones. Esta cadena hotelera, única en el mundo, apuesta por la recuperación del patrimonio, y se caracteriza por la manera especial de cuidar a sus clientes y el respeto medioambiental del entorno.

Los Paradores de Turismo están localizados en edificios emblemáticos o emplazamientos destacables que han sido seleccionados por su interés histórico, artístico o cultural.

Paradores cuenta con un valioso patrimonio histórico-artístico, tal vez el más importante en manos de una cadena hotelera en todo el mundo, ubicados en 95 enclaves y edificios (uno de ellos en Portugal), de los cuales 45 son considerados Bienes de Interés Cultural.
A la singularidad de sus emplazamientos, se une una propuesta gastronómica que recupera y pone en valor la cocina tradicional de las regiones en las que se encuentran ubicados.

Aunque su precio suele ser algo más elevado que el de otros hoteles de la misma categoría, tengo que decir que merece mucho la pena alojarse en Paradores. Además con la tarjeta de Amigos de Paradores, podéis acogeros a ofertas y promociones para que la estancia sea más económica; además de ir acumulando puntos para conseguir noches de alojamiento gratis.

La semana pasada visitamos cuatro paradores de los cuales os voy hablar un poquito más detalladamente.


El lunes salimos con dirección al Parador de Ciudad Rodrigo, situado entre el vigor cultural de Salamanca y el maravilloso encanto de las Aldeias Históricas portuguesas. El hotel, Castillo de Enrique II de Trastámara, contempla la villa con su elegante Torre del Homenaje, sobre la vega del río Águeda, ofreciendo maravillosas vistas a los paisajes del Campo Charro.

Ciudad Rodrigo, declarada conjunto histórico artístico, ofrece una maravillosa arquitectura de origen romano y medieval. Ciudad amurallada en su totalidad, nos invita a recorrer su perímetro de unos dos kilómetros disfrutando de un agradable paseo. Destaca también la belleza de la Plaza Mayor con su Ayuntamiento y su imponente Catedral.



El martes cruzamos la frontera con Portugal, con dirección a Casa da Ínsua, situada a 25 kilómetros de la ciudad de Viseu, en el centro del país luso. El hotel es un edificio solariego de estilo Barroco mandado construir en el siglo XVIII por Luis de Albuquerque de Mello Pereira y Cáceres.

La esencia del fundador se mantiene en sus jardines románticos, en la arquitectura y la decoración interior. Casa da Ínsua nos permite un acceso privilegiado a los elementos más representativos de los paisajes tropicales de los últimos tres siglos, a través de una gran variedad de especies animales y vegetales, siendo uno de los Paradores más espectaculares de los que he visitado.

El hotel nos ofrece una sala de lectura, otra de juegos, dos piscinas exteriores, gimnasio, una capilla, una bodega para catar los vinos y un espacio para disfrutar de los productos regionales elaborados con recetas seculares.



El miércoles subimos hacia Galicia para después cruzar a Zamora, para alojarnos en el Parador de Puebla de Sanabria, que es una ventana a la naturaleza, situado a sólo doce kilómetros del magnífico Lago de Sanabria, el mayor de origen glaciar en España.

El Parador ofrece una decoración muy cuidada y acogedora; en el salón podemos gozar de apacibles sobremesas al lado de la chimenea, y desde sus habitaciones podemos contemplar el conjunto histórico monumental de Puebla de Sanabria, villa medieval custodiada por el Castillo de los Condes de Benavente, uno de los mejor conservados de la provincia de Zamora, y que domina desde un cerro el valle del río Tera.



Y el jueves bajamos nuevamente hacia el sur, haciendo una última parada en el Parador de Salamanca, situado sobre un montículo que mira de frente al casco histórico monumental. Sus ventanales y cristaleras se convierten en un mirador excepcional al casco histórico, y en su interior encontramos elegancia, confort y amplitud. Las vistas panorámicas sobre la capital que ofrecen los salones, la piscina y la mayor parte de las habitaciones son las mejores de toda la ciudad.

Salamanca, ciudad Patrimonio de la Humanidad, está llena de rincones y edificios históricos. Estudiantes y salmantinos otorgan a la capital un ambiente fresco, joven y muy acogedor. La ciudad está siempre dispuesta a entregar la riqueza de su patrimonio, su cultura y su gastronomía.

No dejéis de pasear por la Plaza Mayor, una de las más bellas de España; entrar en las catedrales y subir a sus terrazas exteriores para pasear entre gárgolas y campanas; y buscar la rana en la fachada del histórico edificio de la Universidad, la más antigua de España.



Para más información sobre éstos u otros paradores, no dejéis de visitar su página web: http://www.parador.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario